“Yo soy testigo del poder de Dios”.
Al igual que muchos, yo vengo de un hogar disfuncional, de padres con problemas de alcoholismo.
Crecí y viví mi niñez y adolescencia con la falta de atención necesaria para ser un niño o un joven de bien, por lo cual me deje llevar por los deleites de la vida en ese momento, sin pensar en las consecuencias que eso me traería.
En fin, empecé a beber entre los 12 y 13 años, después no fue suficiente y empecé con experiencias más fuertes, las drogas se me presentaron y yo las recibí con gusto, al fin nadie me decía nada y mi madre por su estado diario ni cuenta se daba. Y así llegaron las demás compañeras, la cocaína en sus 2 presentaciones en aquel momento (Piedra y Polvo), pastillas psicotrópicas etc. Comencé a robar a las parejas que andaban en los parques, camiones micros, robé camiones repartidores, autos etc. y aun así me faltaba adrenalina.
Llegué a dormirme literalmente en la calle, en un parque, debajo de un
puente o en una clínica del IMSS. Miercoles 2-SEP-1998 Alrededor de las 10:00 a.m después de varios de farra y tras una persecución policiaca en mi contra… El Señor freno mi mala manera de vivir y empezó a tratar conmigo….
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